Tal como lo explican Arozena y Sutzs (2006), la innovación vista desde el sur tiene su propia especificación que se puede favorecer de las nociones de innovación del norte, pero que requiere mantener su propia individualidad centrada en características regionales. No se trata de adaptar la teoría de innovación del norte, mas bien, se debe poner a prueba para aprovecharla pero desde las perspectivas y condiciones del sur. El proyecto PESA FAO se ha centrado en este tipo de innovación, tal es el caso de las estufas ahorradoras de energía. Las mujeres en las comunidades expresaron que dichas estufas les “gustaban más que las de gas” ya que les permitían cocinar de una manera que les permite mantener sus prácticas culturales intactas: cocinar en espacios que les permiten estar cerca de sus familiares o que les facilitan el movimiento durante las fiestas. Estas estufas permiten a las familias copinar los alimentos que se consumen en la región sin atentar con sus prácticas culturales pero favoreciendo el ahorro de leña y beneficiando la salud de las mujeres que cocinan ya que debido a su fabricación impiden que el humo se esparza contaminando el lugar donde se encuentran las mujeres y afectando sus vías respiratorias. En términos generales, las innovaciones que se presentan dentro del proyecto PESA-FAO respetan la vida cotidiana ligada a la cultura local, y en caso de que la trastoquen no lo hacen de manera radical.
La vida cotidiana es el área donde las personas se desenvuelven día con día. Para Lefebvre (1984), la vida cotidiana es rutinaria, homogenizada y arbitraria. En la vida cotidiana nace y se hace la cultura. Es en este espacio donde la historia se construye, pero son solo las coyunturas históricas las que se registran como historia formal. La vida cotidiana es un espacio que ha sido totalmente colonizado por el capitalismo. Para Lefebvre (1984), el capitalismo es una fuerza homogeneízate donde la capacidad de elección se ve limitada. En las ciudades, las innovaciones no siempre tienen como objetivo mejorar la calidad de vida, más bien se trata de una serie de productos o actividades que tienen como finalidad el consumo para la obtención de plusvalía. La vida cotidiana en las ciudades provoca miedo en las personas debido a que sus actividades están dirigidas a tratar de hacerse de un lugar en la sociedad, y a tratar de cumplir con las expectativas de los otros (muchas veces las de los dominantes). En las ciudades las personas han dejando de cumplir con sus propias expectativas para cumplir con las expectativas que otros tienen de ellos, perdiendo su libertad de pensamiento y acción.
El capital dicta cuales son las necesidades que deben tener las personas y cuáles son las formas de satisfacerlas. De esa forma, el capital dicta como debe ser la vida cotidiana de las personas. Las comunidades de la Mixteca no siempre comparten esta suerte, o no lo hacen de la misma manera. Para Lefebvre (1984), la vida cotidiana destruye la creatividad, limitando la capacidad de elección, esto se debe a que el capitalismo es una fuerza homogenizante que limita las capacidades personales a través del control de todos los aspectos de la vida. Cuando un área social es convertida en un subsistema colonizado por el capitalismo, sus actividades son formalizadas, especializadas, son hechas materia de tratados, jerarquías etc.
Para Lefebvre, lo cotidiano, en la actualidad , provoca la desaparición del sujeto, el sujeto pierde su “esencia personal” para convertirse en un objeto que puede ser clasificado, inventariado, colocado al nivel de un número más, una estadística más. (Lefebvre 1984, 15). ¿Qué ocurre en las comunidades de la mixteca donde se ha introducido el proyecto PESA-FAO? Es interesante observar que en todas las comunidades la gente se conoce y convive en forma directa. Cada miembro de la comunidad mantiene su esencia como sujeto y como tal se ve favorecido por un proyecto para el cual requiere del apoyo de sus vecinos para la fabricación de cada uno de los implementos que componen el proyecto. Lo anterior se debe a que si bien el recurso económico es subsidiado en el 90% del costo, la mano de obra se obtiene de los mismos integrantes de la comunidad quienes se apoyan en la fabricación de cada objeto.
Las personas que tienen economías mejor favorecida en la sociedad general tienen una vida cotidiana diferente, muy buena, ya que les permite satisfacer todas sus necesidades, pero las personas que integran las comunidades de la Mixteca sufren la falta de recursos naturales y económicos, por lo cual, la implementación de este proyecto les ha permitido mejorar su calidad de vida por ejemplo en lo referente al abasto de agua. Antes de la fabricación de las cisternas de ferro cemento, las familias viajaban asta por una hora para acarrear agua de los manantiales, ahora las cisternas les han ahorrado el acarreo y este desgaste de energía.
Pare lefebvre existen dos formas de vida cotidiana: la moderna y la premoderna. La vida cotidiana premoderna es aquella que se vivió y se vive en algunas comunidades hoy en día, y que se caracteriza por que los habitantes de pequeñas comunidades perciben el tiempo como repetitivo, cíclico y con un ritmo determinado por calendarios festivos muchas veces unidos a los ciclos de la tierra, inmersos en fiestas donde la creatividad implica buscar la mejoría de la calidad de vida sin un interés lucrativo-explotador. La vida cotidiana moderna se caracteriza por estar dominada por el Estado (sociedad democrática), se trata de una sociedad donde impera el consumo dirigido. Una forma de vida cotidiana repetitiva, con un tiempo y espacio comprimidos y lineales. En esta forma de vida cotidiana se presenta e fetichismo de las mercancías y el interés por la moda.
La vida cotidiana pre moderna enfrenta a la vida cotidiana moderna en una relación en donde la primera cuenta con un estilo cultural determinado (prendas de vestir típicas, arquitectura regional, cocina tradicional), la segunda con la cultura mercantil (moda). En la vida cotidiana premoderna la sociedad da una gran importancia a la fiesta (como los moles en las comunidades), la vida cotidiana moderna cuenta con los espectáculos, que son actos que se consumen como mercancías. La vida cotidiana premoderna se centra en el sujeto en su subjetividad, la vida cotidiana moderna en el interés por los objetos (se objetiviza la vida). En la vida cotidiana moderna el cuerpo esta negado, se mercantiliza (volverse delgado o bello es vital para “vender imagen”, todo lo autentico (así como el cuerpo), es negado, controlado o transformado. En la Mixteca las comunidades viven como sociedades premodernas (debo aclarar que si bien estas dos categorías son generalizaciones que permiten mantener un marco teórico, en la realidad no existen sociedades premodernas o modernas puras, sin embargo esta forma de clasificación facilita el análisis de la diferenciación entre formad e vida locales).
Para Heller, las actividades de la vida cotidiana se caracterizan por ser continuas, rutinarias, poco sujetas a cambios y aun dichos cambios están sujetos a la rutina y a la continuidad. Estas actividades cotidianas conforman lo que para Heller es “el modo de vida” (Heller 1994, 23). Para tratar de escapar a la vida cotidiana la gente busca formas que no son siempre las más adecuadas: el alcoholismo, las drogas, la locura. Otras actividades menos dañinas (como el turismo y el ocio) no satisfacen las necesidades en forma adecuada, esto se debe a que las necesidades que crea el capitalismo no se pueden satisfacer jamás en forma totalitaria, en la Mixteca escuchamos comentarios de personas que nos decían “no me he aburrido de vivir aquí”, es como si las necesidades del capitalismo no hubiesen colonizado en su totalidad la vida en la Mixteca; la estufa Patzari o Lorena puede ser un deseo y sobretodo una necesidad sin llegar a convertirse en un producto de consumo y desecho; por el contrario y en ese sentido su calidad como innovación tiene un componente de permanencia mucho más largo que cualquier otra innovación dirigida al mundo moderno.
Heller hace hincapié en el trabajo enajenado como un elemento realmente importante en sus planteamientos. El trabajo enajenado es aquel que da valor de cambio a las cosas que producimos. Heller habla de trabajo natural como aquel en el que se transforma la naturaleza para alcanzar satisfacciones sin intermediario del valor de cambio y del dinero. El PESA FAO comparte estas características de trabajo natural de las que habla Heller, es de esta forma que satisface las necesidades desde el ámbito del trabajo natural, sin enajenar a nadie.
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